Arquitectos, Andrea López, Juan Pablo Rodríguez, Luciana Ferro, Federico Pascua,Guadalupe Herrero, Valeria Lafon, Lucas Pulice, Verena Schifman
Superficie M2
1.501
Año
2013
Asesores
Asesor de estructura: Curutchet – del Villar / Ing. Raúl Curutchet Asesor de instalaciones eléctrica y de corrientes débiles: Dysac / Ing. Rubén Navarro - Ing. Sergio Meraldi Asesor de instalación sanitaria, incendio y gases médicos: Héctor Rodríguez Asesor de instalaciones termomecánicas: Ing. Blasco Diez Asesor de iluminación: Arq. Natasha Woskressensky Seguimiento de iluminación en obra: Arq. Paola Varchetta Carpinterías: Estudio Gigli / Ing. Andrés de Aguirre – Arq. Santiago Herrera Asesor técnicas constructivas: Arq. Ariel Jáuregui Asesor de carpintería y revestimiento de madera: Estudio Gigli / ing. A de Aguirre -Arq. Santiago Herrera Paisajismo: Estudio Barzi Casares Artista invitado: Bernardo Ezcurra Empresa Constructora: Socmer
Memoria
Los clientes necesitaban una vivienda para habitar y un espacio donde poder convivir y contemplar su colección de arte (en ese momento embalada y diseminada por distintos lugares) el encargo del proyecto de una casa se traducía para el estudio en un desafío, un ejercicio de diseño peculiar con la aspiración de construir una idea surgida de una imagen de unos portones que los mismos clientes nos acercaron.
En un terreno llano, de vertiginosa horizontalidad pero poblado de ejemplares frondosos en dos de sus bordes, la casa se proyectó como algo más que una casa.
Singular e intensa, se concibió como una obra intima que debía atesorar el arte de los “dueños” levitando sobre el manto de su jardín.
Los clientes también tenían un fuerte interés en la arquitectura ambiental, y alineados con ellos aplicamos criterios constructivos que cumplieran con los principios de eficiencia energética, innovación, elección de materiales nobles y de reducción de consumo de agua.
Puesta especial atención sobre la orientación se descompuso el programa en tres volúmenes dispuestos de manera tal de poder regular la incidencia del sol en el interior de la casa y desde adentro convertirla en una gran cámara para ver, para contemplar su jardín pradera.
El volumen principal de las habitaciones y el estar, flota transversalmente en el lote, levemente inclinado, se percibe como una diagonal. A lo largo de los locales que lo integran se enmarcan las visuales hacia el paisaje – pradera que da al NE adquiriendo una composición exterior frondosa y fantástica.
Desde la calle se ve como emerge su cubierta inclinada entre los ejemplares de las Tipas que le brindan una escala esencial.
El segundo volumen es el del comedor, la biblioteca y bodega se enfrenta al volumen principal dejando entre ellos el espacio principal de la casa: un gran atrio longitudinal de doble altura definido por la entrada de la luz desde un lucernario tallado en la losa y por una escalera de madera.
Los dos volúmenes dividen el lote y definen dos jardines: el del paisaje: contemplación y, el de uso: pileta - pelota y huerta.
El tercer volumen es el de la cocina, servicios y el gran garaje. El único volumen que se ubica en paralelo al lado largo del lote y que le da marco al jardín de uso.
Si la composición es bien visible, es únicamente al entrar en la casa cuando se descubre el espacio estructurador que es el lugar del arte, de los habitantes permanentes de la casa: la colección de pinturas de los propietarios.
El tratamiento de la arquitectura interior brinda el mejor escenario a los cuadros, objetos y los muebles con los que el cliente ya contaba. La iluminación fue un asunto esmeradamente cuidado. Se buscó un equilibrio entre la luz, los cuadros y la percepción del observador para conseguir las máximas posibilidades de la obra al contemplarla.