CENTRO COMUNITARIO - OR MENAJEM

Un templo para la oración y el estudio, que combina tradición con arquitectura contemporánea. La primera idea ha sido tomar partido por el predio como es, respetando los niveles del terreno natural y el jardín arbolado que se ha formado a lo largo de los años y que caracteriza la calle Villanueva y su entorno. Ubicamos una única entrada sobre esta calle por la jerarquía que presenta, por la buena disposición para el acceso, para el estacionamiento y la seguridad. El jardín arbolado se extiende desde allí haciendo rendir al máximo la particular geometría del lote consiguiendo una expansión hacia la calle Maure, donde se sitúa el edificio que alberga el Mehorot Wolfsohn, la administración y los espacios para jóvenes. Todo organizado en una pieza posible de modificarse, de desarrollarse, de crecer, con independencia del resto del conjunto. En su centro, el parque es interceptado por el edificio protagónico, el Templo: el Bet Hamedrash, y el Shul con directa conexión con el cielo. Articulado en una secuencia de espacios, permite combinaciones de recintos que pueden configurar un único espacio, posible de prolongarse en el jardín arbolado, en el jardín lateral de la Jupa, o en el área prevista para la Sucá. El espacio semi-cubierto anterior permite la conexión a los distintos lugares para la oración y para el estudio. La posición de la biblioteca adquiere visibilidad consolidándose como espacio de vínculo entre ambos ámbitos. Continuando por el ala oeste se llega al acceso principal y al acceso ceremonial del edificio. Es en todo este flanco donde se podrá percibir el movimiento de las circulaciones, y la vida de la comunidad. La Mikve de hombres y el SUM, se desarrollan en un nivel inferior y se configuran alrededor de un patio que contiene un árbol “ejemplar “por donde desciende el manto verde del jardín. A pesar de la gran diversidad de espacios cerrados, semicubiertos y abiertos, la propuesta pretende condensarlos en un único gran lugar aspirando manifestar que no existe partición entre la vida de la comunidad y la religiosa. Desde el exterior la imagen del Beit Jabad da idea de robustez y rigor otorgándole carácter en contraste con la añeja y frondosa vegetación: un muro de hormigón con revestimiento en piedra con tratamientos interiores en madera y cerámicas pero en combinación con la naturaleza. La composición de paños opacos con celosías y vanos vidriados diseñados permitirá a la entrada destellos de luz natural que animaran y jerarquizarán los espacios interiores