SEDE SOCIAL Y TEMPLO AMIJAI

Obra: Sede Social y Templo para la Comunidad Amijai
Comitente: Amijai Asociación Cívil
Ubicación: Arribeños 2355, Buneos Aires.
Proyecto: Urgell-Penedo-Urgell, Arquitectos Lynch Pierantoni López Vago Rodríguez.
Equipo de proyecto: Andrea López, Andrea conte-grand, Juliana Fullone, Mariana Dí Lorenzo, Rosario Barthe Placenave, Enrico Santilli, Alfonso Piantini (h), Juan Pierantoni, Enrique Lynch, Augusto Penedo.
Equipo de Interiorismo: Arq. Andrea López.
Asesores:
Asesor de Estructura: Ingeniero Alberto Fainstein.
Asesor de Instalaciones eléctricas y corrientes debiles: Dysac por los ingenieros Sergio Meraldi y Ruben Navarro.
Asesor de Instalaciones sanitarias , gas e incendio: Sr. Hector Rodriguez.
Asesor de Instalaciones termomecánicas: Estudio Grinberg por los ingenieros Carlos Grinberg y Nestor Feliz.
Asesor de Carpintería: Estudio Gigli
Asesor de Instalaciones acústica: Ingeniero Rafael Sánchez Quintana.
Asesor de Iluminación: Sr. Ernesto Diz.
Asesor de Parquización: Josefina Ramos Mejía.
Artistas participantes: Arquitecto Clorindo Testa (árbol de la vida), Juan Zanotti (Ner Tamid y Mezuzot), Francisco Ezcuerra ( Aron Hacodesh), Ariel Scornik (Puertas de bronce), Rosana Azar (Parojet).
Gestión municipal: Sra. Amlia Favrin.
Construcción: RT Construcciones S.R.L (Arq. Aldo Dedionigi, Roberto Gribnicow, Tomas Kolchevsky).
Superficie total: 2.260 m2
Año de proyecto: 2003
Premio: Primer Premio de Arquitectura Ciudad de Buenos Aires 2008.

Memoria
No hay, desde la intención, número mágico u oculto misterio que regule las proporciones y relaciones de la forma en este sinuoso volumen de hormigón. Quizás ese número o esa clave exista detrás de la conciencia de quienes durante largos meses fuimos dando forma a los trozos de cartón, a los dibujos que fueron concretando esta leve caparazón.
Resultado de una combinación de voluntades creativas, de deseos que quedan rondando el subconsciente de algunos de nosotros… probablemente haya una relación numérica – simbólica que por encima de torpes y ciegos intentos, haya guiado nuestras manos e intenciones hacia el objeto ahora visible.
De cualquier manera, nos restringimos a intentar una forma que, casi instintivamente, cobijara, protegiera, reuniera. Habría que buscar qué formas ancestrales, tras qué objetivos difusos y eternos, se encuentran en las raíces de la historia y la memoria… en todo caso, preferimos dejar sin explicación racional algo que seguramente no ha de tenerla.
Animándonos a torcer la piedra – hormigón, refugiándonos en la calidez de la madera, intentando espacios interiores y exteriores que multipliquen las experiencias visuales. Sin las ataduras de las geometrías sagradas, haciendo uso de una libertad expresiva que entendimos lícita y posible, hemos intentado a cada paso dar forma al espacio adecuado para el vínculo con lo divino.

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